jueves, 13 de enero de 2011

"Alguna alineación cosmica."



Nuevamente tengo el agrado de compartir con ustedes… material de una amiga y colega de letras. Mariana Ludueña
Increíble escritora que recorre el camino de soñar y hacer lo que nos gusta… Escribir
Ya saben pueden encontrarla en sus web personal
http://despertardeamandavelocet.blogspot.com
Comenten que es nuestro único sueldo…
Los comentarios son el mejor pago de una escritora a amateurs.


El medio en el que vivimos nos exige constantemente comportarnos mediante el egoísmo, dando como resultado, una notable destrucción en nuestro autoestima, de manera inconciente. El egoísmo de cualquier tipo, nos aleja de lo que más nos importa para sobrevivir: las relaciones, conexiones, lazos, o como quieran llamarlo, entre seres humanos. Ser acaparador, destruye todo lo que con un poco de amor propio queda en pie, para hacernos más avaros aun. Esto, además, incapacita ver la verdadera cara de la realidad. Cuando uno es chico, fortalece cualquier relación humana del tipo que fuese, mediante el respeto, la gratitud, y el amor. Se crean relaciones y amistades, porque eso es lo que nos fue enseñado desde que nacemos hasta que lo forjamos en el lugar en el cual nos expresemos. Tenemos tiempo de jugar, reír, llorar, leer, escribir, imaginar, crear, expresar, escuchar, amar, odiar, y todo lo que de alguna manera seamos capaces de sentir. Cuando nos duele algo, están mamá y papá para solucionarlo. Ellos siempre arreglan todo. Conocemos amigos que nos van a acompañar el resto de nuestras vidas, o no. Nos enamoramos por primera vez, y nos decepcionamos también. Nuestra personalidad se va definiendo y reformando, o deteriorando, en el peor de los casos. Todo lo que hagamos va a ser valedero e importante de hacer, de todas las formas y colores posibles, hacia todos los niveles existentes.
Cuando crecemos, podemos ver el camino recorrido y pensar con orgullo o insatisfacción el tiempo vivido, pero ya no va a haber más espacio para dudas o peleas. Esas cosas pertenecen, o tendrían que pertenecer al pasado y quedar instalado en él, porque de otra forma, el porcentaje de trabas aumentaría de manera considerable y poco afortunada. Crecer es una estructura de sentimientos, es la base de nuestra adultez. Cada etapa se deja atrás y se puede recordar con alegría, por lo bien vivida. La estructura de sentimientos ya creada con anterioridad, nos da valor y experiencia para saber quienes somos, que hacemos y hacia donde queremos ir.
Si ser adulta y feliz me significa comprarme una linda casa y un auto, quiero seguir siendo una niña por siempre. ¿Pero por qué perderse en el medio, cuando ahí está lo mejor? ¿Habrá alguna alineación cósmica que nos hace siempre mirar al costado en los errores ajenos y condenarlos? Es demasiado corta la existencia de cada persona para desperdiciarla en odios, guerras y rencores. Perder tiempo amargándose por gente que se fue de nuestro lado por decisión propia, carece de importancia. Siempre me sirve más pensar que no soy yo la que se pierde su presencia, sino todo lo contrario. No hablo de negación, estoy hablando un poco sobre amor propio, dignidad y coherencia. Porque al fin de cuentas, ser adulto no es un castigo, sino una responsabilidad cargada de compromisos y metas. Y sobre todo, de amor propio y altruismo.

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More