La muerte, tu amiga atroz y absoluta, seguía a tu lado, dentro de vos, en tus torturados ojos alucinados. La muerte como una tentación, como una mano familiar que te recuperara la inocencia(Alejandra Pizarnik)
Cada mañana me despierto en la piel de una persona que no soy, en los ojos de alguien que no ve claramente lo que hace por las noches.
Busco debajo de mi cama, el rastro de aquella persona que se apodera de mi en las noches.
Sorteo entre la realidad y la ilusión de no saber quien soy realmente.
La locura y la demencia van de la mano por el sendero que suelo pisar cuando la oscuridad tapa mi cabeza.
Abandono mi cuerpo para vestir, sentir y acariciar la muerte.
A este nuevo yo, le encanta vacilar la delgada línea del sufrimiento; de la violencia; de la seducción
Seduzco a hombres o mujeres. Exploro cada parte de sus mentes y juego con ellas hasta llegar a mi finalidad. Producir dolor
Puedo ser dulce, compasiva y hasta a veces amar a quien será mí victima
El poder que corre en sus manos, corre también por las mías. Vagando entre la conciencia e inconciencia
Visto la ropa que mejor me queda, calzo los pasos de tus últimos minutos.
Yo le doy forma a tu sufrimiento.
Puedo ser lo que mas te plazca, una mujer o un hombre; la sexualidad es lo de menos, mientras yo pueda llegar a saborear tu muerte.
Puedo cortarte, ahogarte para llegar al mejor de los finales. Matarte
Me alimento de cada grito que sale de tu garganta, clamando piedad, misericordia. Tratas de aferrarte al último suspiro de vida que yo estoy poseyendo, porque sí tu vida esta en mis manos. Y es de un sabor delicioso.
La simpleza de mis actos me hace la mejor en lo que hago. Al menos para mi el arte de matar es simple.
Te llamo a la hora que quiero, te sedujo en un juego que solamente nosotros entendemos, luego de varios minutos ya me invitas una copa. Esa copa es el pasaje a tu habitación. Mi perfecto plan siempre se lleva a cabo con éxito. Sirvo a cada pedido que tú me haces, total que mal esta cumplir tu última voluntad de vida.
Una vez llevada a cabo la misión en mi vida, en esta vida. Te dejo ahí a la espera de que alguien se haga cargo de ti.
La noche prosigue, esa no será mi última victima, varias pasaran por mis manos. Dejando un aroma en mí casi extasiable.
Regreso después de deambular toda la noche, y ahí esta el casquillo del cuerpo que poseo durante el alba
Despierto, algo cansada con mucha fatiga, sobresaltada. Quizá fue un sueño pero la verdad podía sentir aquella presión en mis manos, la misma que ejercía al retorcer cada cuello, hasta podía sentir cada envestida de aquellas a puñalada al entrar y salir
Mi pregunta es si realmente soy esa del sueño o esta que despierta ahora, algo cansada como si nunca hubiera dormido. Atónita por el espectáculo que aquella le gusta dar, oliendo y sintiendo cada cuerpo que la ah tomado antes de llegar a culminar el acto que tanto desea, que tanto anhela
Mi realidad es vivir esta vida, donde a penas mato a una mosca, esperando llegar a la noche para que ese otro yo se apodere de mi ser y haga lo que le plazca.