miércoles, 13 de abril de 2011

¿Ese será mi verdadero yo?


La muerte, tu amiga atroz y absoluta, seguía a tu lado, dentro de vos, en tus torturados ojos alucinados. La muerte como una tentación, como una mano familiar que te recuperara la inocencia(Alejandra Pizarnik)


Cada mañana me despierto en la piel de una persona que no soy, en los ojos de alguien que no ve claramente lo que hace por las noches.
Busco debajo de mi cama, el rastro de aquella persona que se apodera de mi en las noches.
Sorteo entre la realidad y la ilusión de no saber quien soy realmente.
La locura y la demencia van de la mano por el sendero que suelo pisar cuando la oscuridad tapa mi cabeza.
Abandono mi cuerpo para vestir, sentir y acariciar la muerte.
A este nuevo yo, le encanta vacilar la delgada línea del sufrimiento; de la violencia; de la seducción
Seduzco a hombres o mujeres. Exploro cada parte de sus mentes y juego con ellas hasta llegar a mi finalidad. Producir dolor
Puedo ser dulce, compasiva y hasta a veces amar a quien será mí victima
El poder que corre en sus manos, corre también por las mías. Vagando entre la conciencia e inconciencia
Visto la ropa que mejor me queda, calzo los pasos de tus últimos minutos.
Yo le doy forma a tu sufrimiento.
Puedo ser lo que mas te plazca, una mujer o un hombre; la sexualidad es lo de menos, mientras yo pueda llegar a saborear tu muerte.
Puedo cortarte, ahogarte para llegar al mejor de los finales. Matarte
Me alimento de cada grito que sale de tu garganta, clamando piedad, misericordia. Tratas de aferrarte al último suspiro de vida que yo estoy poseyendo, porque sí tu vida esta en mis manos. Y es de un sabor delicioso.
La simpleza de mis actos me hace la mejor en lo que hago. Al menos para mi el arte de matar es simple.
Te llamo a la hora que quiero, te sedujo en un juego que solamente nosotros entendemos, luego de varios minutos ya me invitas una copa. Esa copa es el pasaje a tu habitación. Mi perfecto plan siempre se lleva a cabo con éxito. Sirvo a cada pedido que tú me haces, total que mal esta cumplir tu última voluntad de vida.
Una vez llevada a cabo la misión en mi vida, en esta vida. Te dejo ahí a la espera de que alguien se haga cargo de ti.
La noche prosigue, esa no será mi última victima, varias pasaran por mis manos. Dejando un aroma en mí casi extasiable.
Regreso después de deambular toda la noche, y ahí esta el casquillo del cuerpo que poseo durante el alba
Despierto, algo cansada con mucha fatiga, sobresaltada. Quizá fue un sueño pero la verdad podía sentir aquella presión en mis manos, la misma que ejercía al retorcer cada cuello, hasta podía sentir cada envestida de aquellas a puñalada al entrar y salir
Mi pregunta es si realmente soy esa del sueño o esta que despierta ahora, algo cansada como si nunca hubiera dormido. Atónita por el espectáculo que aquella le gusta dar, oliendo y sintiendo cada cuerpo que la ah tomado antes de llegar a culminar el acto que tanto desea, que tanto anhela
Mi realidad es vivir esta vida, donde a penas mato a una mosca, esperando llegar a la noche para que ese otro yo se apodere de mi ser y haga lo que le plazca.

Decirte Adiós


Tú eliges el lugar de la herida en donde hablamos nuestro silencio. Tú haces de mi vida esta ceremonia demasiado pura. Alejandra Pizarnik (heridas)

Decirte Adiós

Recorro, cada carta, cada foto donde estas. Parece increíble que hace 6 años no estas conmigo, me resigno a la realidad que veo, que siento.
Pasan los días y sigo llamando aquel teléfono que solías tener, ¿Te acuerdas? Escucho tú voz en el contestador, dejo el mensaje con la infinita esperanza que me contestes. Pero no lo haces. Eso me fastidia, tanto que vuelvo a llamar y ahí contestas con esa voz dulce, y con esa impronta fuerte que tienes tanto que me ahoga a cada segundo, escucharte me hace estremecer y no veo la hora de que estés aquí a mi lado, la impaciencia me mata. Solo pregunto ¿Sí quieres volver?,¿Sí me extrañas?, ¿Sí aun me amas?. Pero tú solo me escuchas, no respondes. Y al cabo de un buen rato me cortas.
Sigo siendo esa masoquista que espera, tus caricias, tus palabras a mi oído, las peleas que solíamos tener por nuestras estupideces y lo mas preciado que aun espero son aquellos besos de cada mañana o de cada noche
Busco en algún rincón de lo que fue en algún momento tu casa, nuestra casa algo que ya no te recuerde, pero es en vano cada centímetro cuadrado, me recuerda tu rostro, tu aroma, el contacto de nuestros cuerpos por cada rincón de la maldita habitación.
Todavía conservo la ropa en el armario que dejaste, tú cepillo de diente, hasta tú colonia y desodorante. Quizá te parezca una locura pero no los he tirado.
Cada noche, siento tu presencia en mi cama, una leve caricia en mi rostro o un simple beso que me da el aire de la ventana que dejo entre abierta. Pero cuando abro los ojos ahí estoy sola de nuevo con el costado izquierdo de mi cama, intacto sin una arruga, frío, tieso como si nunca hubieras ocupado ese lugar en mi cama o en mi vida
Me desespera la idea de no saber nada de tí, que me hayas dejado así del día a la noche, me pregunto ¿Por qué?, que mal cometí en mi vida para que el hombre que amo, me abandone de esa manera.
Me enfado contigo por abandonarme cuando me prometiste amor eterno, de que eternidad estamos hablando si te olvidaste de todo lo prometido el día que cruzaste esa puerta, sin despedirte si quiera.
Me despierto todas las mañanas con tu perfume en mi nariz, con las conversaciones que manteníamos cuando llegabas de trabajar, de las noches de pasión y de amor que solo vos sabias darme.
Como puedo decirte adiós si todavía te siento en mí, con cada foto, cada carta, cada poema regalado por cada pelea que hemos tenido.
Me dicen que debo continuar con mi vida, que debo conocer gente nueva, me piden que tenga un nuevo amor, pero como tenerlo si todavía estas en mi corazón.
Me reuso a olvidarte, a sentirte, a llorarte.
Cada lágrima que derramo es un sentimiento que aflora en mí, un recuerdo, una anécdota vividas entre nosotros.
Como decirte adiós, si veo en tus hijos el rastro que has dejado
En él tus gestos y modales, en ella la sonrisa, la mirada y la incredulidad que te caracterizaba.
Pasaron 6 años, pero aun te veo vivo en tus, hijos y en el amor que nos tuvimos.
Por eso siempre me pregunto cada noche que me recuesto en la cama que antes era nuestra, como decirte adiós

martes, 15 de febrero de 2011

¿Esto, es Amor?



Un nuevo relato mio, espero que les guste. Naty.

Me desperté, y busque en mi cama, ya te habías ido. Pensé por dentro, él sí que la hace fácil. Un día me llama me dice quiero verte, y al día siguiente se marcha sin decirme nada. Solo deja su aroma en mis sabanas.
Es ahí cuando me pregunto ¿Esto, es Amor?... ya empiezo a sospechar que no lo es.
Me manda miles de correos electrónicos al día, me escribe en el facebook mensajes de amor como: “te amo”… “gracias por esa noche maravillosa”… “gracias por los mates”… “gracias por esa comida”… pero él solo sabe decir gracias, nada mas. A veces creo que con eso no me conformo. Lo quiero días, y noches a mi lado. El se niega a dejarla. Yo me niego a dejarlo.
Él me dice que ya no existe amor entre ellos, entonces vuelvo a preguntarme ¿Esto, es Amor?
Respiro, profundo. Dejo que salga todo lo malo que mi alma tiene.
Busco mi celular entre las medias, y los zapatos de noche. Pero no está allí. Me levanto de la cama, camino unos pasos hacia el baño, me miro al espejo. Me veo con todo el maquillaje desparramado, los ojos llorosos. El lápiz labial corrido, besos desparramados por todo mi rostro. Eso es lo que veo, ¿Pero esto de que me sirve? Y ahí está la gran respuesta: me sirve para darme cuenta que soy una estúpida, que confía en los hombres, que le da el corazón a un idiota que solo quiere tener un poco de acción algunas noches. Y las demás esta sentadito en la mesa haciendo de marido, esposo ejemplar a otra que le lava, le plancha, le cocina comida que según él sabe incomible. ¡Pero bien que te la comes! Digo a mi misma una y otra vez.
Estúpida, me digo una y otra vez frente al espejo. Sos una mujer, no un objeto de entretenimiento dominical. Basta de jugar a los novios cuando solo me utilizas para sacarte las ganitas que la otra no le da.
Ahora digo yo: no sería re copado… ¿Qué esto mismo lo implementes? –Puf.- me digo en mi subconsciente, que quiere ser más consciente que mi propio organismo sexual.
Pero no sirve decir todo esto frente a un espejo veinte minutos, mientras él está jugando al hombre del año.
Suena mi teléfono, ¿Dónde está? Me pregunto una vez más. Ah ahí está, debajo de la cama, me agacho, meto la mano para alcanzarlo y me topo con algo, de forma extraña, lo retiro y ¡que es! Mi caja del tiempo. Esas cosas estúpidas que uno hace cuando es chica y cree en ciertas cosas que con el tiempo se da cuenta que realmente es absurdo guardarlas, cosas que nunca, pero nunca le dará importancia. Retiro la tierra de anteaño. Sigue sonando el teléfono suena el tema de él, su foto aparece en el celular. Abro la caja y ahí está.
Mi viejo diario, lo abrí ojee las primeras líneas y recordé que la última vez que lo había escrito había sido hacia diez años atrás, cuando tenía dieciséis años cuando me creía más inocente de lo que soy ahora, mas ingenua quizá, pero menos estúpida eso sí.
Pero eso no me llamo la atención, lo que sí me llamo realmente la atención fue la carta de mi madre, que estaba entre los papeles y fotografías viejas. Recuerdos de mí pasado por España y Francia durante mis estudios como traductora. Habían pasado años desde que no habría esa caja. El celular seguía sonando y él parecía impaciente. Volví a leer mi diario y ahí estaba la respuesta a mi vida, mi conciencia infantil parecía querer hablarme atreves de las siguientes líneas.
No te engañes a ti misma con besos, caricias, con gestos que nunca serán verdaderamente tuyos. No busques complicaciones en gente que pueda dártelas.
Busca un amor sincero, sin vueltas; se que será difícil de encontrar pero has el intento. Mis esperanzas están puestas en ti, quizá hallas aprendido del error que es amar alguien no correspondido.
Sé que ahora soy una niña, una adolecente que no comprende la palabra amor, y fácilmente se enamora de esa palabra.
Fácilmente podría decirte en estas líneas: Cásate con alguien de plata, que el dinero ayuda, ten hijos, ten nietos, ten un bello funeral. Asegúrate de ser feliz sin amor. Pero esto no sirve de nada.
La realidad es que no puedes vivir en un cuento de hadas donde el príncipe azul llegara para rescatarte de las garras del despiadado dragón. Se un poco mas ese dragón y comete al príncipe.
Los cuentos déjalos para tus hijos si es que en algún momento los tienes, no vivas de ilusiones falsas, no creas que todos te aman. No te engañes a ti misma
Busca un hombre que te ame por quien eres, que te aprenda a entender se que será difícil para él porque vamos, ya sabes que eres bastante complicada.
Busca la felicidad, ella no aparece sola, no mendigues el cariño que algunos prometan darte.
Es sencillo escribirlo pues ahora tendrás la tarea de implementarlo.
Se feliz… Lorena.
20/01/1999.

Parecía que antes me conocía mucho más que ahora, esa Lorena ya no existía. La Lorena del 2011 era estúpida, realmente no había tomado enserio estas palabras.
Mire mi celular y tenía dos llamadas perdidas y una que estaba entrando en este preciso instante.
-Hola.- dije no quería contestar, mas después de lo que había leído.
-Amor, ¿Dónde estabas?- después de irse, sin decir nada pretendía vigilar mis pasos
-A ningún lado, estaba acá.- dije algo molesta.
-Nos vemos hoy, tengo un rato libre después de las 18:00 hs. Puedo ir a tu departamento o nos vemos en el café de siempre como vos quieras.- y volvimos a lo mismo de siempre, y volvió de nuevo la misma pregunta ¿Esto, es Amor?- ¿Estás ahí?- dijo nuevamente después de quedarme en silencio.
- Sabes que Andrés, no.- dije decidida, increíble pero decidida.- no quiero esto, no quiero más verte así.- dije la voz quería quebrarse y decirle que era una broma, que me había adelantado al día de los inocente. Pero no, era real. – No me sirve tenerte a medias, vos hace tu vida y yo hago la mía.- él se quedo en silencio, no interrumpió en ningún momento como había imaginado miles de veces en mi cabeza.
- Si vos lo queres así.- dijo él,
Colgó y una lágrima recorrió mi rostro, me dije a mi misma que había sido la mejor de las decisiones que había hecho. Pero ¿Porqué dolía?,¿ Porque me sentía vacía?.
La conciencia había sido astuta en dejar esa nota en mi viejo diario, y si no sonaba el teléfono debajo de mi cama quizá nunca hubiera encontrado esas líneas de hacía diez años atrás.

Noche Eterna de Verónica Towerz



Nuevamente vuelvo a traerles algo de una colega, amiga de las letras Vero nos deleita con este relato romántico semi erótico. Espero que lo disfruten y si les gusta comenten.
La pueden seguir en

http://mentehot.blogspot.com/

Noche Eterna de Verónica Towerz

Mis ojos cerrados están, el silencio que perpetua a mi alrededor no puede hacerme mal, incluso pareciera que el ambiente supiera precisamente lo que necesito.
Escucho el ventanal y tus roces en mi cuerpo invadiendo mi intimidad que no es mía solamente sino también tuya y lo necesito. Sabes lo que quiero cuando me besas, me acaricias, susurras palabras de amor en mis oídos y con ternura me desnudas como siempre, como nunca.
Maleable mi cuerpo se abre ante tu invasión conociendo el tuyo. Tus manías me vuelven demente y me llevan más allá de lo que quiero ir. Te sigo en este viaje lleno de lujuria, pasión y amor sintiendo cada nueva sensación desinhibida, sensual, que es solo para nuestro momento íntimo. Solo para nosotros.
La danza es un viaje hermoso lleno de silencioso paraíso romántico, olores únicos corporales que quiero recordar por siempre cuando estoy contigo mi amor, miradas tiernas cargadas de promesas pasionales y a la vez dulces, tan dulces que me pierdo un momento fijándome en la verdad que allí se hallan.
La felicidad en cada movimiento corporal se hace urgente y grito “te amo” con orgullo y convicción. Tú me gritas que lo haces también y con nuestros alientos llenos de placer por la culminación del acto íntimo nos besamos con hambre, sedientos uno por el otro.
Nuestras miradas se cruzan, nuestros labios demuestran una sonrisa que se contagia, me abrazas con ternura palpable y me dices que jamás me dejarás, que soy tu amor y eternidad. Te miró con los ojos mojados por tal tierna declaración y respondo con un beso húmedo por la lluvia de mi ojos. Dejarte sería dejarme a mi misma y cuando uno lo hace se olvida de quién es, no quiero eso para mi vida, por eso te elijo como siempre, eres para mí.
Te amo te digo en un abrazo que nos une más. Nos quedamos siendo uno por toda la noche y en paz nos dormimos sintiendo cada momento de eterna felicidad.

jueves, 13 de enero de 2011

"Alguna alineación cosmica."



Nuevamente tengo el agrado de compartir con ustedes… material de una amiga y colega de letras. Mariana Ludueña
Increíble escritora que recorre el camino de soñar y hacer lo que nos gusta… Escribir
Ya saben pueden encontrarla en sus web personal
http://despertardeamandavelocet.blogspot.com
Comenten que es nuestro único sueldo…
Los comentarios son el mejor pago de una escritora a amateurs.


El medio en el que vivimos nos exige constantemente comportarnos mediante el egoísmo, dando como resultado, una notable destrucción en nuestro autoestima, de manera inconciente. El egoísmo de cualquier tipo, nos aleja de lo que más nos importa para sobrevivir: las relaciones, conexiones, lazos, o como quieran llamarlo, entre seres humanos. Ser acaparador, destruye todo lo que con un poco de amor propio queda en pie, para hacernos más avaros aun. Esto, además, incapacita ver la verdadera cara de la realidad. Cuando uno es chico, fortalece cualquier relación humana del tipo que fuese, mediante el respeto, la gratitud, y el amor. Se crean relaciones y amistades, porque eso es lo que nos fue enseñado desde que nacemos hasta que lo forjamos en el lugar en el cual nos expresemos. Tenemos tiempo de jugar, reír, llorar, leer, escribir, imaginar, crear, expresar, escuchar, amar, odiar, y todo lo que de alguna manera seamos capaces de sentir. Cuando nos duele algo, están mamá y papá para solucionarlo. Ellos siempre arreglan todo. Conocemos amigos que nos van a acompañar el resto de nuestras vidas, o no. Nos enamoramos por primera vez, y nos decepcionamos también. Nuestra personalidad se va definiendo y reformando, o deteriorando, en el peor de los casos. Todo lo que hagamos va a ser valedero e importante de hacer, de todas las formas y colores posibles, hacia todos los niveles existentes.
Cuando crecemos, podemos ver el camino recorrido y pensar con orgullo o insatisfacción el tiempo vivido, pero ya no va a haber más espacio para dudas o peleas. Esas cosas pertenecen, o tendrían que pertenecer al pasado y quedar instalado en él, porque de otra forma, el porcentaje de trabas aumentaría de manera considerable y poco afortunada. Crecer es una estructura de sentimientos, es la base de nuestra adultez. Cada etapa se deja atrás y se puede recordar con alegría, por lo bien vivida. La estructura de sentimientos ya creada con anterioridad, nos da valor y experiencia para saber quienes somos, que hacemos y hacia donde queremos ir.
Si ser adulta y feliz me significa comprarme una linda casa y un auto, quiero seguir siendo una niña por siempre. ¿Pero por qué perderse en el medio, cuando ahí está lo mejor? ¿Habrá alguna alineación cósmica que nos hace siempre mirar al costado en los errores ajenos y condenarlos? Es demasiado corta la existencia de cada persona para desperdiciarla en odios, guerras y rencores. Perder tiempo amargándose por gente que se fue de nuestro lado por decisión propia, carece de importancia. Siempre me sirve más pensar que no soy yo la que se pierde su presencia, sino todo lo contrario. No hablo de negación, estoy hablando un poco sobre amor propio, dignidad y coherencia. Porque al fin de cuentas, ser adulto no es un castigo, sino una responsabilidad cargada de compromisos y metas. Y sobre todo, de amor propio y altruismo.

jueves, 30 de diciembre de 2010

Un Laberinto de sensaciones...



Voy caminando, recorro paso a paso el camino que está debajo de mis pies.
Busco entre las huellas algo de mí algo que me identifique. Algo que me ayude a volver a casa.
Estoy perdida en este mundo, alejada de cualquiera realidad aparente. Veo cosas que nadie ve a mí alrededor.
Me siento rara; extraña; sofocada… necesito escaparme.
Corro y corro en este laberinto sin fin… detrás del tiempo que he perdido.
Mi mente navega en un mar sin retorno, sentía como las olas golpeaban en mi mente, de apoco me estaba ahogando en un mar de dudas específicamente…
Saque un espejo que tenía en el bolsillo de mi abrigo, me observe en él varios minutos. Y me pregunte: ¿Dónde estaba aquella niña que jugaba a ser una hermosa princesa?; ¿Qué lloraba por cualquier bobería?; ¿Que quería la paz en el mundo y no a las guerras?; ¿Dónde quedo esa niña que soñaba, con ser feliz? . Sonreí al plantearme todo esto frente a ese pequeño espejo de bolsillo, quite esa sonrisa cuando descubrí que allí estaba. En la sonrisa, en los ojos de una mujer que creció y se conformo con lo que estuvo a su alcance.
Guarde el espejo y comencé a correr nuevamente en el agitado laberinto.
Los pies me pesaban y el agite de mi corazón iba cada vez más fuerte.
Solté un suspiro y descanse erguida tratado de que el poco aire que había perdido en la vorágine carrera de mi vida, volviera. Pero no fue así.
Seguía en mi pecho ese sentimiento de pérdida, de a ver acabado con mi vida, de no sentirme satisfecha con lo que había logrado hasta ahora.
Me senté en el suelo, de apoco fui encontrando fotos, canciones olvidadas, recuerdos inmemorables de mi vida pasada, de apoco fui encontrando en cada parte oculta de mi mente a esa niña que cambiaba llantos por sonrisas.
Y me dije a mi misma porque no poder volver a ser ella.
Sacar el disfraz de valiente del baúl donde allí también se encontraban, las fotos, las canciones , los recuerdos.
Desempolvar todo eso y volver a hacerlo mío, parte de mi vida… parte de mi mente nuevamente.
De a poco ese laberinto de dudas de oscuridad se fue poblando de luz de esperanza, de cambios.
Me dije a mi misma todo es posible solo es levantarse y darle batalla.
Hoy me siento mejor conmigo misma … las dudas y el laberinto aparecen de vez en cuando tratando de llevarme a caminos inciertos y sin un final agradable.
Pero entonces vuelvo a sacar ese espejo de mi bolsillo y allí la encuentro a ella sonriente deseosa de que todo es posible. Sonrió y lo vuelvo a guardar.

Mi vida en un papel....




Escrito por Judit Cecilia Blasco Roodriguez....
la pueden seguirla de cerca en sus blogs!! ....
http://mentehot.blogspot.com/
http://eldivandejud.blogspot.com/
Gracias amiga por esta hermosa colaboración

Este día es el día del año en que hacemos balance y en el que intentamos depurar las cosas buenas y malas.
Pero esta vez no solo toca hacer balance de un año, sino de una década. Diez años en los que el mundo y yo hemos cambiado mucho.
A principios de la década era una adolescente que creía que se podía comer el mundo, que creía en los príncipes azules y que vio como su mundo se truncaba, dividiéndose en doce mil kilómetros.
Hoy, diez años después, soy casi toda una mujer. Casada y con una hija, en fin, con familia propia.
Esta vez me toca depurar y sacar todo lo que tengo, ver lo bueno y lo malo de estos años. Pero sobre todo, de encontrarle el lado bueno a todo lo malo.

El día que celebraba mis quince años era feliz; estaba rodeada de mi familia, de mis amigos y tenía una enorme mochila cargada de ilusiones y sueños.
Sentía que el mundo podía ser mío. Supongo que es lo que todos los adolescentes sienten, como que podemos con todo y con todos… pero no es así y las cosas no siempre son como queremos.
Poco a poco uno despierta de ese capullito y ve el mundo con ojos de adultos y se da cuenta de lo bien que estábamos cuando éramos adolescentes y nuestra preocupación más importante era si el chicos o chica que nos gustaba nos miraba o hablaba.
Los dos años siguientes pasaron con normalidad.
A principios del dos mil dos mis padres deciden viajar a España y un veintinueve de noviembre yo ponía los pies por primera vez en mi país de acogida, el que ahora es el país de mi hija.
Estos ocho años han transcurrido en vertiginosa velocidad, ha sido una carrera a contrarreloj.
A contrarreloj del olvido, de la amistad, de la familia y de todo lo que aun me ata a mis raíces.
Ocho años en los que perdí muchas cosas pero fueron fantásticas las que gané.
Perdí amigos en el camino a España, pero gane una amiga que se ha convertido en una hermana, mi teta Vero.
Perdí, por así decirlo, familia; hermanos, sobrinos, cuñada, primos y tíos; pero gané mi más preciado tesoro, la familia propia.
Perdí a mis dos abuelas, de las cuales una fue justo cuando el mayor regalo estaba por llegar… mi hija.
Perdí amores, pero gané al amor de mi vida.
Perdí fe y gané confianza.
Sufrí una depresión que me tuvo sumida en la oscuridad, pero conocí a un Ángel que pudo sacarme de allí.

Y este dos mil diez básicamente ha sido un año de aprendizaje.
Un año en el que por fin me sentí útil, en el cual encontré algo que me gusta, me llena y me satisface.
La escritura me ha dado uno de los dulces momentos del año, ver publicado en papel algo que lleve mi nombre y mi sello.
En esta vertiginosa carrera por sentirme bien y salir del caparazón en el que me había metido conocí gente fabulosa que me ha abierto su corazón y brindado su amistad.
Conocí gente que me respeta y aprecia, gente que me valora. Incondicionales lectoras que se convirtieron en amigas e incondicionales amigos y familiares que se convirtieron en lectores.

Dos mil diez ha sido un año en el que compartí música, escritos, fotos y videos con la gente que quiero y aprecio (y con los que no también)
Si tengo que decir como fue el dos mil diez diré que no ha estado tan mal, si me lo hubiesen preguntado hace dos meses hubiese dicho que fue uno de los peores. Pero hoy que lo veo desde otra perspectiva… ha sido un buen año, no de los mejores pero si muy bueno.

Y si, siguen sin gústame estas fechas, porque me hacen sentir más lejos de mi familia en Argentina, porque me siento estúpidamente vulnerable al dolor.
Que se le va a hacer, soy una melancólica empedernida. No puedo evitar llorar cuando escucho un tango o veo una foto vieja… tampoco puedo evitar reírme al recordar anécdotas y momentos especiales vividos.
Ha pasado tan rápido esta década que por poco no me da tiempo a hacer un balance.

Gracias a todos aquellos que han estado ahí durante estos años y a los que se han unido este ultimo. Gracias a todos aquellos que he perdido, porque me enseñaron mucho.
Judit Cecilia Blasco Roodriguez

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